El HDR en la práctica tampoco supone una gran diferencia
Aunque precisamente al que no hemos echado tampoco de menos en exceso es al disparo en HDR, que con la nueva app es bastante incómodo de activar o desactivar, pero que en la práctica tampoco supone una gran diferencia ni siquiera cuando hay un cielo que salvar. Compensa dejarlo en automático, dado que el que se active o no probablemente no influya en que la foto nos guste más o deje de gustarnos.
Retomando el asunto de las macro, se obtienen disparos muy buenos incluso a contraluz y con elementos en movimiento. Podemos recurrir al automático, al manual o al modo de enfoque selectivo, pero éste no siempre tiene resultados demasiado buenos. De hecho no vemos una evolución desde aquella vez que lo probamos comparándolo con sus rivales, aunque con buena luz y sin llevar al máximo el desenfoque forzado en ocasiones salen buenas fotografías.
Quizás la mejor opción para el amante de la macro sea recurrir al manual. Este modo no sólo nos permite elegir la apertura y la iluminación, además facilita el poder recortar al máximo la distancia mínima de enfoque, y salvo puntuales ocasiones se ve muy bien cuál es la zona que se está enfocando al salir marcada en verde (tal y como vimos en el Xiaomi Mi MIX 2 con la herramienta peak).
Otros modos que vemos son de vídeo (los comentaremos en ese apartado), de mero entretenimiento como el de los AR Emojis (añadir máscaras y demás elemento de realidad aumentada a un rostro en la foto) o el modo comida, que como ocurría ya anteriormente no aporta nada más que un extra de saturación, la posibilidad de desenfocar como en Instagram o cambiar la temperatura. Aunque al menos podemos reordenar o quitar los modos de la app (si mantenemos tap sobre uno de ellos aparecerá un menú para hacerlo).
¿Ha sido la evolución muy notable desde el Galaxy S8+ hasta el S9+? En realidad no tanto. Si bien la apertura dual aparenta ser un añadido interesante, posiblemente sea algo que al final no se valore tanto si hablamos de un público más genérico al no ser tan vistoso o determinante (como sí lo fue el modo retrato de Apple en su momento).
De hecho, la app del S9+ juega una mala pasada con respecto a la del S8+, dado que en el modo Pro falla la previsualización al variar la velocidad de obturación y estamos en una escena oscura, haciendo que si no nos hemos familiarizado con las velocidades o no somos tan entendidos tengamos que jugárnosla un poco al disparar.
Lo que tenemos también nuevo con el S9+ es la cámara secundaria, que como ya hemos comentado es un teleobjetivo que añade la posibilidad de recurrir al zoom óptico, aunque en la práctica la calidad es similar que con el electrónico. No obstante, el resultado es bueno incluso en disparos nocturnos y el detalle se conserva dentro de lo posible.
Comentar también que el disparo en modo panorámico es bastante fácil de hacer y la interfaz así lo dispone, teniendo que girar como de manera habitual para capturar más ángulo. Los resultados son buenos incluso con los contrastes en la iluminación (al pasar de una directa a una indirecta o viceversa), que suelen jugárnosla (y siempre dependerán de nuestro pulso).
La cámara frontal del Samsung Galaxy S8+ ya nos gustó cuando enfrentamos de tú a tú a las de los principales móviles de ese momento, así que lo mínimo que esperábamos de ésta es que en general nos dejase una buena sensación, dado que por características si no es superior es, al menos, equivalente. Eso lo ha cumplido, y de hecho vemos alguna mejora (aunque también otros cambios que no nos gustan tanto).
Las posibilidades que la app brinda a la cámara frontal son las de hacer una autofoto estándar, pudiendo optar por el disparo en HDR (también sin acceso rápido), un selfie panorámico, jugar con el AR Emoji y un modo de desenfoque específico para estos retratos. Son distintos a los de la versión anterior del software, de hecho ya no es enfoque selectivo tal cual, sino que es un modo específico para añadir desenfoque en el fondo que sí o sí nos aplica una sesión de maquillaje.
Maquillaje nos sobra también en las herramientas de “belleza” que encontramos tanto en forma de filtro de determinados estilos como para personalizar pestañas, labios y otros elementos por separado. Con el S9+ el modo retrato frontal está por perfeccionar bastante, pero antes muerto que sencillo.
Bromas a parte, en este modo no podremos recurrir al HDR dado que esta opción se desactiva, y tendremos que estar de cara (detecta rostros) o algo girados, pero no funciona si nos ponemos de perfil. El resultado es bastante artificial por el efecto en la piel y porque suele salir algún borrón en el pelo (o lo huecos que siempre escapan a estos modos), aunque tampoco es nefasto y algún disparo se salva.
En general la cámara saca buenas instantáneas incluso con media luz. La pérdida de detalle se acentúa en iluminación media-baja y el disparo HDR aquí sí se percibe algo más (como suele ocurrir, en el pelo y en superficies que tengan bordes que resaltar), aunque no tanto como en otros casos en los que pasamos de no tener cielo (por estar quemado) a recuperarlo. De hecho será un buen compañero en fotografías en interiores.
De noche se acentúa esta pérdida de nitidez y sobre todo hemos de ser más pacientes sosteniendo el móvil (y posando) porque al ser un disparo más lento es fácil que salgan fotos movidas si hay muy poca luz, aunque tiremos de flash. Éste, por cierto, es simulado en pantalla y no es una luz blanca, sino de un tono cálido.
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