martes, 13 de marzo de 2018

TE MOSTRAMOS LO MEJOR DEL SAMSUNG GALAXY S9 "PARTE I"

Vino, vio y venció. El MWC volvió a ser el entorno que acogía al primer plato fuerte de Samsung en terreno smartphone, y la doble propuesta de los coreanos conquistó la Fira a falta de tener un rival en condiciones. Y tras toda la resaca tecnológica del congreso os traemos precisamente el análisis del Samsung Galaxy S9+.
El mayor de la dupla de primeros buques insignia de la marca que por fin incorpora doble cámara, como su predecesor el Samsung Galaxy Note 8 y como algunos de sus rivales directos, como el iPhone X o un tímido LG V30S ThinQ de momento. Aunque lo que se acabó llevando el protagonismo fue otra característica fotográfica y, nos guste o no, los AR Emoji.

Ficha técnica del Samsung Galaxy S9+

SAMSUNG GALAXY S9+
PANTALLA6,2 pulgadas Super AMOLED con resolución QHD+ (1.440 x 2.960 píxeles (529 ppp) 18,5:9
PROCESADORSamsung Exynos 9810, 10 nm, 64 bits
NÚCLEOS8 núcleos (4 x 2,8 GHz Mongoose M3 + 4 x 1,7 GHz Cortex-A55)
TARJETA GRÁFICAMali-G72 MP18
RAM6 GB
MEMORIA64/128/256 GB
+ microSD (hasta 400 GB)
SISTEMA OPERATIVOAndroid 8.0 Oreo con Samsung Experience
CONECTIVIDADLTE, WiFi 802.11 a/b/g/n/ac (2,4/5 GHz), VHT80 Mu-MIMO, Bluetooth 5.0, ANT+, NFC, GPS
BATERÍA3.500 mAh
CÁMARA TRASERACámara dual
Principal: 12 megapíxeles, AF Dual Pixel, OIS, apertura variable f/1.5-2.4, gran angular
Secundaria: 12 megapíxeles telefoto, f/2.4
Vídeo cámara súper lenta a 960fps con detección de movimiento
CÁMARA FRONTAL8 megapíxeles f/1.7, AF, vídeo a 1440 p y 30 fps
SEGURIDADSensor de huellas, Intelligent Scan (lector de iris + reconocimiento facial), Samsung Knox 3.1
PUERTOSUSB-C, minijack 3,5 mm
OTROSCertificación de resistencia IP68, Bixby Vision, AR emojis, altavoces estéreo AKG, Dolby Atmos, soporta Samsung DeX
PRECIO949 euros, disponible ya en preventa en la web oficial de Samsung

Diseño: no renovarse no es morir, es acertar

No somos un público fácil en general quienes atendemos a estos lanzamientos. Los fabricantes son conscientes, y tampoco les queda más remedio cuando la propia demanda es la que consolida al final una presión por la renovación con ciclos anuales (sea o no “necesario”).
Samsung también lo es y con los Galaxy S nos ha acostumbrado a los golpes en la mesa, normalmente con algo relacionado con el diseño (que al fin y al cabo es lo primero que nos entra por lo ojos y ya se sabe con las primeras impresiones): una trasera estilo "tirita", las curvas en la pantalla o un frontal que aleccionaba al sector en estética y trabajo en compactación.


¿Cuál es el golpe en la mesa con los Samsung Galaxy S9? ¿Qué característica se encarga de aportar el factor *wow* a la estética del terminal? Ninguna 
¿Cuál es el golpe en la mesa con los Samsung Galaxy S9? ¿Qué característica se encarga de aportar el factor wow a la estética del terminal? Ninguna. Lo cual no es ni mucho menos negativo, dado que nos manda el mensaje subliminal de que los Samsung Galaxy S8 y S8+ fueron bien aceptados, y como contamos el año pasado en su análisis éstos fueron el punto de inflexión: adiós Galaxy plano, adiós botón frontal y hola pantalla infinita.
Está claro que para gustos colores y que habrá quien aún sienta algo de pena o frustración al no ver una edición plana, más pequeña o con otros materiales, pero lo de conservar no es ni mucho menos nuevo en Samsung. Tampoco hubo mucho cambio del Samsung Galaxy S3 al Galaxy S4, por ejemplo, y el cambio que vino con los Galaxy S5 quedó bajo la losa del metal y la curva de los Galaxy S6.

De este modo, el Samsung Galaxy S9+ es un clon mejorado del S8+, porque mantiene líneas de diseño y casi dimensiones (gana volumen y peso) pero sube el porcentaje de aprovechamiento del frontal por parte de la pantalla en un punto (84,2%) y [redoble]: el lector de huellas pasa a estar debajo de la doble cámara, siendo alcanzable hasta para quienes tenemos manos ridículamente pequeñas. Chapeau, Samsung.


Motivos había pues para optar por un diseño conservador. Eso sí, con pequeños cambios en la trasera si hablamos de los elementos que ahora figuran en la versión “+”: la cámara sigue siendo el elemento central, pero ahora es doble y está rodeada de un marco ligeramente protuberante que abraza también al lector, quedando fuera el módulo del flash.


Los bordes dibujan curvas idénticas a las de su predecesor, con un toque más mate en el aluminio que las modela y con nimias variaciones en los botones. Las más perceptibles son que el botón de encendido es ligeramente más grande y está milímetros más arriba y que el altavoz ya no tiene rejilla, sino una sola hendidura.

Es un terminal bonito y bien acabado. Da la sensación de tener una selección de materiales y una construcción de calidad, hablando de esas cubiertas delantera y trasera de Gorilla Glass 5 y del ya comentado borde de aluminio. Un marco metálico que las une en un chasis donde la curva se impone y los ángulos no son aceptados, pero la perfección no existe y pegas hay.


La exposición del aluminio siempre será un riesgo constante de que éste se acabe arañando, aunque si aquí hay genes compartidos con su antecesor la aleación acabó siendo bastante resistente y da que pensar que eso se mantendrá. Pero la amenaza constante son nuestros propios dedos, dado que ese cristal estará permanentemente cubierto por una capa de huellas dactilares que acompañará al pertinente logotipo de la casa y al “DUOS” que esta vez lo acompaña (referido a la capacidad dual-SIM).

Robusto, contemporáneo, con un nuevo color (el que os mostramos en este análisis, precisamente) y con un peso nada despreciable de 189 gramos que se nota sobre todo si estamos acostumbrados a terminales más ligeros. Pero, dejando a un lado los gustos, están las evidencias: el trabajo en compactación es, una vez más, notorio y digno de alabanza, consiguiendo meter 6,2 pulgadas donde otros meten 5,2 (Moto G5 Plus) y logrando un terminal cómodo y con sentido.

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